Blog patrocinado por la AIDHNC Asociación para la Investigación y Difusión de la Historia Naval de Cuba
COMANDANTE DEL CS-13
MARIO RAMIREZ DELGADO, EL MAS GENUINO HEROE CUBANO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Por Maximino Gómez Alvarez (Historiador y Vice-Presidente de la AIDHNC Asociación para la Investigación y Difusión de la Historia Naval de Cuba)
El Alférez de Fragata Mario Ramírez Delgado, comandante del CS-13 que puso fuera de combate al poderoso U-176 en aguas cubanas.
La Batalla del
Atlántico, incluyendo en esta, las acciones libradas en el Golfo de México y
Mar Caribe, constituyó uno de los episodios más importantes de la Segunda Guerra
Mundial; fue la batalla más larga de toda la contienda bélica y en la que se
decidió, como en ninguna otra, el curso de la guerra a favor de las fuerzas
aliadas. Fue justo en este marco histórico en que se escenificó el
enfrentamiento del cazasubmarinos cubano CS-13 con el poderoso U-176, que
concluyó con el aniquilamiento de la nave alemana. Este hecho acaecido el 15 de
mayo de 1943 constituye un hito en la historia naval latinoamericana y un
motivo de orgullo para la Marina de Guerra Cubana. El héroe indiscutible de aquel,
tecnológicamente desigual combate, lo fue sin dudas, el Alférez de Fragata
Mario Ramírez Delgado; pero ¿qué fué de aquel oficial
graduado en la VII Promoción de la Academia Naval del Mariel, que en 1946, una
vez reconocida su meritoria hazaña, fuera condecorado con la Orden al Mérito
Naval con Distintivo Rojo, además de recibir el reconocimiento del Presidente y
Congreso de los Estados Unidos? Pues en verdad, poco sabemos de
nuestro héroe y por más que se busque en Cuba o en cualquier otro sitio, no
existe una síntesis biográfica, una semblanza, ni nada parecido que nos brinde
información sobre su vida; incluso cuando se habla de su desaparición
física en cualquier trabajo o artículo
periodístico incluyendo los realizados por el destacado historiador cubano Dr.
Gustavo Placer Cervera, se suele señalar: “murió a finales de los 80”. Yo
personalmente me he afanado en indagar, en buscar explicación a estas y otras
interrogantes sobre el personaje de forma oficial y siempre he tropezado con
respuestas esquivas, respuestas que dicen poco o casi nada, y lo que es peor
aún, me he dado de bruces con la ambigüedad o un “extraño silencio”. Esta aptitud oficial no suele ser saludable,
pues cuando quedan agotadas estas vías y canales más lógicos, no nos queda a
los investigadores otra opción más que acudir a la voz, o mejor, al rumor
popular, con el peligro que entraña tropezar con “malas lenguas”.Y justo ha
sido éste el único resquicio que de momento le ha quedado a mi siempre
inquietante búsqueda e indagación. Pues verán, una “mala lengua”, me contó que
Mario Ramírez al ser ascendido a Capitán de Corbeta, se le asignó un puesto
como ayudante de Pérez Medina, a la sazón Jefe de Inspección de la Marina de
Guerra, luego afició como Director de la Escuela de Pilotos Navales. En 1959, cuando triunfa la
revolución de los Castro, Ramírez permanece en la Marina de Guerra, entonces a
las órdenes y bajo la nueva Jefatura establecida por el Ejército Rebelde, hasta
que en 1962 y como consecuencia del denominado eufemísticamente “proceso de
renovación de los mandos”, se le licencia pasando así a la Marina Mercante, a
las entonces recién creadas Líneas de
Navegación Mambisa, como capitán de una motonave.
El Capitán Ramírez, dicen, fue
un hombre cabal con ideas propias, las que defendía con ahínco, eso le llevó en
ocasiones a ciertos enfrentamientos con
sus superiores, como en el caso de sus “choques” habituales con el Tte. de Navío Ramiro
Ceballos Sigarroa; dice el propio Norberto Collado en sus Memorias, que no
sabía exactamente “por qué”, algo poco creíble, pues Collado llegó a gozar de
una buena amistad y con los años, de la confianza personal de Ramírez; de
hecho, el operador de sonar llegó a integrar la dotación del CS-13 gracias a la
intermediación de éste. Resulta, que increíblemente, a pesar de las
excepcionales cualidades auditivas de Collado (en otro artículo me referiré a
este aspecto en particular), éste al
finalizar con excelentes calificaciones su curso de entrenamiento en la Subchaser Training Center en Miami, no se le designó
a ninguno de los caza submarinos entregados a Cuba por Estados Unidos, pasando
a formar parte de la tripulación del buque de transporte “Columbia”. Fue su
amigo, el también operador de sonar, Abela Aróstegui, quien le explicó al
entonces Alférez Ramírez las cualidades de Collado y éste último a su vez,
haciendo uso de su influencia y contactos, logró su traslado e inclusión en la
tripulación de CS-13 como segundo operador de sonar; incluso, años más tarde el ya Capitán Mario Ramírez
Delgado, fungió como padrino de boda cuando Collado contrajo matrimonio con la
joven Isabel González. De modo que existen otras explicaciones inconfesables
en las respuestas de Collado y en el distanciamiento que se produjo más tarde
entre ambos marinos
Imagen del CS-13 comandado por el Alférez Ramírez, responsable del hundimiento del U-176.
A principios de los años
sesenta visita Cuba el científico francés Dr. Andrés Voisin (Honoris Causa por
la Universidad de La Habana y curiosamente ex Alférez de Navío de la Armada
francesa) dejando fascinado a Fidel Castro con sus teorías del pastoreo
intensivo que no tardan en ser introducidos en el país a instancias del
propio mandatario cubano. El
gobierno de
La Habana inicia la compra de costosísimos ejemplares de reses de la
raza
Holstein con el propósito de realizar cruces genéticos, lo que
aparentemente permitiría un
incremento importante en la producción de leche. El buque mercante
entonces capitaneado
por Mario Ramírez Delgado, fue uno de los debía trasladar varios
ejemplares de las ya
mencionadas reses y mientras las transportaba desde el Puerto de
Halifax, algunos de aquellos ejemplares de toros sementales comprados a
Canadá para fomentar la cría de vacunos en la Isla, debido al mal
tiempo, murieron durante la travesía; ello
motivó que el Capitán Ramírez fuese sancionado con una absurda medida
disciplinaria, consistente en el desmantelamiento, prácticamente de forma
manual, de un viejo carguero que yacía varado en el puerto habanero muy cerca
de los muelles conocidos como Hacendado, con el objetivo de convertirlo en chatarra; Ramírez había
“caído en desgracia”, sus relaciones con Collado se hicieron cada vez más
distantes hasta prácticamente ser inexistentes, pues el mantenimiento de una
estrecha relación con su antiguo jefe podía perjudicar a un Collado ahora
convertido en Capitán de Navío y responsable de la custodia del simbólico Yate
“Granma”. Los días del Capitán Ramírez, nuestro más genuino héroe de la 2ª Guerra
Mundial estaban contados, terminaría sus últimos años como marinero, realizando
trabajos de escasa responsabilidad y su figura cayó en el olvido, así como la
hazaña de la que fue autor principal e indiscutible. Al morir, su desaparición
física no fue objeto de un titular en la prensa nacional, ni siquiera en la
local. No recibió honores militares.
El Alferez Mario Ramírez Delgado siendo condecorado por el Presidente de la República de Cuba Dr. Dº Ramón Grau San Martín.
Mario Ramírez Delgado ascendido a Capitán de Navio y condecorado con la orden al Mérito Naval con distintivo rojo.
Orden al Mérito Naval con Distintivo Rojo.
No son pocos a los que les llama la atención de que jamás una embarcación de la Marina de Guerra cubana, una Agrupación Naval, una Flotilla o Escuadrilla de este cuerpo armado y ni siquiera un buque mercante de ese país haya llevado el nombre del Alférez Mario Ramírez Delgado, en honor a nuestro héroe de la 2ª Guerra Mundial y a la hazaña de la que fue autor.
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